¿Cuántas imágenes han sido censuradas en nuestra mente? ¿Cuántos recuerdos oprimidos albergan nuestras almas? ¿Cuánto daño hemos hecho sin tan siquiera sospecharlo o, lo que es peor, sabiéndolo con toda certeza? Nos acercamos unos a otros y explotamos en el encuentro, el ego se ve nublado e incapaz de entender el dolor que puede causar.

Aprieto el gatillo y veo como la bala se arrastra a través del aire, atraviesa la fina pared de madera y vuela libre hacia ningún lado. Sé que caerá. Dejo el arma en la mesilla de noche y palpo las sabanas de la cama en busca de algo. Aquí está. Mientras salgo por la puerta me coloco la máscara en la cara sin poder espantar de mi mente los sombríos pensamientos.

Todo ocurrirá como siempre, sin querer hacerte daño. Estaré entreteniéndote de nuevo... Querrás ver qué hay bajo la máscara pero… no me gustaría perderte aún.

Y ahora es cuando todos os preguntareis ¿qué clase de monstruo se esconderá debajo? Sonrió sin sentir alegría. La misma clase de monstruo que cada uno escondéis en vuestro ser. No soy nada. Soy todo. Soy tan solo un pensamiento fugaz surgido al ver el mar de noche…noche…noche…noche…nada.