Granizaba. El hielo caía, inmutable, sobre el asfalto. Totalmente impasible sobre los coches. Las luces parpadearon y decidieron apagarse dejando la calle en una oscuridad completa y ruidosa. Tal vez hubo alguien más a parte de tí pero yo no lo pude distinguir. 

Te fuiste de repente.Un día de sol, como en esos flashbacks baratos. Alegando estar perdido en la vida decidiste engañarme y huir. Me abandonaste. Pero está claro que te arrepentirás. Porque yo me he arrepentido. No tienes otra.

¿Sabes cómo te he encontrado? Es curioso ver como das vueltas. Nos conocimos aquí mismo hace mucho tiempo, cuando todavía hacía buen tiempo por aquí, ¿recuerdas? No tenías a nadie más y vine en tu ayuda. Gracias a mí no te volviste loco. Las circunstancias nos separaron y yo lo acepté. Pero tu te empeñaste en reencontrarme. Fuiste tú quien me volvió a llamar y aquél día cayó la lluvia y no paró desde entonces. Me adorabas, me amabas pero tenerme no fue suficiente ¿verdad? Ya que te fuiste de repente un día de sol. Cretino. ¿Aún no te diste cuenta? No hubo ningún Sol. Seguía lloviendo. Te lo imaginaste todo,¿sabes? 

Ahora mientras graniza suplicas por alguna salida,escondido en una caseta abandonada. No te esperas encontrarte conmigo. Mis pisadas desaparecen dentro de la tormenta y el granizo tan siquiera sabe que estoy ahí. 

Te veo por la ventana temeroso de mirar y descubrirme. No necesito llamar a la puerta. Entro. 

No necesitamos decirnos nada. Tú giras la cabeza y miras por la ventana. No hacen falta las palabras. Un cuerpo es más que suficiente para los dos.